viernes

VIVA JUAN VALDÉS

Después de varios coitus interruptus con la dichosa cafeína, por fín me he comprado una cafetera de las que molan. Joder, que he estado sobreviviendo meses a base de soluble, con la nata por ahí flotando Dios!! Todo por falta de tiempo y por perra, lo confieso... Imperdonable. Lo sé y me avergüenzo públicamente de ello.
Pero cuando terminé el último bote de café soluble, harta de que no me tocara "el sueldo para toda la vida", me pasé dos días sin tomar café. Por perra.
Me armé de valor y me planté en el Hiper a marearme, para decidirme por una "Melita" o cafetera americana, de esas de filtro permanente y antigoteo. Me duró dos días. Sufrió un "expediente x", falleció. Llevaba ya dos días sin tomar café, cuando
casualmente apareció una vieja cafetera polvorienta arrinconada en el fondo de un mueble de mi cocina. Era demasiado grande, pero hacía café. Café como para invitar a merendar a los 12 apóstoles, pero, qué coño, más vale que sobre... Ésta duró un fin de semana completo. El lunes la palmó de un ataque de goma. Que Dios la tenga en su gloria.
Otros dos días sin tomar café.
Al tercer día, paseando por mi barrio me armé de valor y entré en una gélida ferretería. Quedaba una, ni grande ni pequeña, brillante, preciosa, perfecta. Me la llevo. Eres mía. Os la presento en su momento de estreno:



Mi primer café... Bueno, todavía le estoy pillando el punto, nos estamos conociendo, me pongo nerviosa y derramo un poquito del líquido sagrado... pero luego chupo la mesa.



Ay qué contenta estoy desde que me tomo mi buen café... Viva Juan Valdés! Viva Barbate libre! Otra Cruzcampo!

5 comentarios:

inmaleon dijo...

Hasta hace unos días, yo también sufría por el problema del café. En silencio, eso sí. Resulta que Jorge se levanta antes, pone la cafetera, y ahí queda eso. Así que yo me levanto 10 minutos más tarde y le quito la cafetera de la vitro (le compré un relojito de cocina en Ikea para que lo pusiera 10 minutos y le avisara y no hay manera). Hasta que un día no me levanté y dos horas más tarde (realmente fue 2 horas más tarde)... la cafetera echaba humo... ¡murió! Compramos otra y la cuidamos como oro en paño, así que la hora del desayuno la vivíamos con estrés. Pero hace un par de días, mi suegro, consciente de nuestro problema, nos regaló una cafetera igualita a la de Lupe, pero que se apaga sola cuando termina y te deja el café caliente 30 minutos, con lo que puedo seguir remoloneando en la cama un poquito más. Nos ha cambiado la vida. La venden en el Carrefour y ronda los 30€. Os la recomiendo.

Sonia dijo...

Inma, que de tiempo ¿como te va, mama?
me parto con tu historia del café jajjajajja...tia, sin cafe no somos nada por la mañana ni despues de comer....Viva la cafeina!!!

dubi dubi du dijo...

viva el cafè barato
abajo las cafeteras de recargas a quinientos jeuros

inmaleon dijo...

¡Hola Sonia! Ya no queda nada de la chica que conociste en un camarote del Melillero. No queda nada de aquella que se reía de que Lupe pusiera el vaso de plástico tapando el detector de humos para poder seguir fumando... Ahora me parezco más al post de ptinta del 27 de mayo. Huelo a vomitico de niña todo el día. No me ducho y no me acuerdo porque al eau de vómitico te acostumbras. Cuando a las 4 de la mañana Elena sigue llorando, me pregunto si los bebés de un mes botan cuando los lanzas contra la pared. No cuento el tiempo en horas o minutos, sino toma uno, toma dos... y "estoy entre tomas"... Y luego, me sonríe y la veo contenta (o dormidita) y soy la mujer más feliz del mundo. Esto de ser mamá es una pasada. Lo recomiendo, como la cafetera. Sólo que esto no lo venden en Carrefour... y ya sabes cómo conseguirlo... jiji. Muchos besitos Sonia. Mándame un correíto y cuéntame qué es de tu vida.

Sonia dijo...

jajaja...me parto contigo, pero el instinto maternal me lo has asesinado..ya te contare como me va.
Besos