Como cada día pienso publicar lo que más gracia me haga, mando un trozo relato que me desternilló ayer... Es la conversación de una mantis religiosa macho, ya sabeis que las hembras se los comen:
- ¿Cómo era papá?- le pregunté a mi madre.
- Crujiente, un poco salado, rico en fibra.
- Quiero decir antes de comértelo.
- Era un mequetrefe inseguro, angustiado, neurótico, un poco como todos vosotros los machitos, Visko.
Me sentía más cercano que nunca a aquel genitor al que no había llegado a conocer, que se había descompuesto en el estómago de mamá mientras yo era concebido. De quien no había recibido calor, sino calorías. Gracias, papá, pensé. Sé lo que significa, para una mantis macho, sacrificarse por la familia.
Me detuve un instante, en grave recogimiento, ante su tumba, es decir, ante mi madre, y entoné un miserere.
Al poco rato, como pensar en la muerte nunca dejaba de provocarme una erección, consideré llegado el momento de reunirme con Ljuba, el insecto al que amaba. La había conocido más o menos en el matrimonio de mi hermana, que por otra parte era también el funeral de mi cuñado, y había quedado prisionero de su cruel belleza...
El relato sigue, pero el final os lo podeis imaginar... el doble sentido de las palabras es cojonudo... Ay!!! si consigo arrancaros una sonrisa el dia de hoy, me constituyo en una ONG y desgravo a hacienda y todo...
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