EL PRIMER MILAGRO DE PTINTA

Mi primer milagro es pequeño, peludo, suave... como una bolita de algodón... mi cochinillo, mi cabezoncillo, mi corazoncillo, que acaba de cumplir tres años y le asaltan dudas existenciales que hacen que sus ojos dupliquen su tamaño... Y es que en su pequeña mente inconsciente se enciende una bombilla y va descubriendo las grandes verdades del universo, de su pequeño universo de colores, de círculos, de mariposas, de sirenas de bomberos y de sirenitas con cola de pez, en el que las alfombras vuelan, las ratitas se ponen lazos y los lobos comen de todo (niñas, cabritos, cerditos...). Por eso me pregunta estas cosas:
- Mamá, ¿los nazarenos tienen dientes?
- Mamá mira, tambores, trompetas... una virgen... Y es su cumpleaños!!!
- Mama ¿Tú vives en el Carrefur?
- Mamá ¿Puedes guardar tus tetas en un cajón?
- Mamá, ¿Si gomito ya no hago caca?
- Mamá, ¿San José tiene un palo para pegarle a los Reyes Magos o al niño?
- Mamá, ¿los pájaros se comen mis salchichas?
- Mamá, ¿Los piratas tienen mamá?
Y muchas cosas más! Eres la traya Pablo, me meo contigo...
Gracias Pablo, por hacerme feliz cada día con esa sonrisa inocente, con ese cuerpecito apretado, con esa mirada curiosa, con esos abrazos que llenan mis piernas de babas, con tu alocado baile del culito, con esa manera de cargarte mis cervicales cuando te recuelgas de mi pobre cuello, con las tonterías que salen de tu boca.
Mamá te quiere y te cuida porque tú eres mi gran tesoro, so enano!