ENFERMOS DE BLUES

Por fín me encontraba ante los rostros de aquella voz, aquella guitarra, aquella armónica, aquellos intelectos que componían las letras y melodías con las que hago kilómetros todas las mañanas en mi coche. Por fín podía ver el guiño de su música detrás de sus gafas de sol, y destrozar sus hermosas canciones a grito pelado sacando la lengua, a dos metros de ellos. Hacía tanto calor que me tomé varias decenas de cervezas, hacía tanto calor que parecían un espejismo, hacía tanto calor que en mis poros se mezclaban millones de sensaciones con la música, la cerveza y el sudor... pero quería más, más, más! Por la noche Txus y Jose ya estaban enfermos de Blues, y nos conocimos los tres, saltando en la Jam- Session en la que un búfalo, Otis Grand, un Mingo extasiado y otros grandes músicos enloquecían lanzándose notas bluseras. El Txus y el Bluefingers son dos disfrutones, igual que yo, que estaba allí con ellos como si los conociera de toda la vida. Escucharlos todas las mañanas había generado una mística complicidad entre los tres, yo me sentía entre colegas, y nos echamos unas risas... (qué es chochifalta?) Aunque creo que aún tenemos pendiente pegarnos una buena farra, tirar las cenizas y guerdar la jarra... Guardalajarra, guardalajarraaaaaaaa!



Me gusta como tocas, me encanta como cantas, me gusta todo... I love you!