

Este puenting me he ido de aventura Cazorla a hacer el descenso de cañones (y otras cosas), en el Guadalquivir (se puede hacer en cualquier río, me han dicho que en Cataluña hay ríos con mucho caudal, que lo del trasvase es una conspiración)... toda una experiencia que no puedo dejar de recomendar:
A lo primero, los monitores nos dieron un traje de neopreno para cada uno. Para los profanos, el neopreno es como el treje de la tia del anuncio de colonia "busco a Jacks" pero bastante menos sexi... los michelines se te meten pa dentro y te quedas envasada al vacío, como una butifarra. Esto parece divertido al principio, hasta que te pones a sudar como un cochino porque son las tres de la tarde y tienes que andar un kilómetro cuesta arriba con el trajecito puesto hasta llegar al principio del río en cuestión. Entonces te vas cociendo y cagándote en la familia del monitor, con todo el sudor haciendo chup chup allí donde la barriga pierde su nombre... Qué asco por dios... Estás deseando tirarte al rio y cuando por fín llegas, flop! te tiras al agua y flotas!!! y el sudor se mezcla con el agua congelada, la cosa queda templadita dentro de tu apretado cuerpo. Es el momento de empezar a bajar por el río, andando, nadando, tirándote en los saltos de agua... Qué salvaje!!! Pero cuidado, las piedras resbalan como la madre que las parió, porque según he podido comprobar, el fondo de los ríos está recubierto con una fina película de aceite de motor, también llamado "cascadientes". Cuando llegas al primer salto, preguntas inocente, como si tuvieras 70 años... y ahora qué? Ahora salta!!! Te dicen los monitores... Que qué??? Y todos los neófitos como yo nos tapamos la nariz, para morir con las vías respiratorias limpias... Qué canguelo... Pero eso sólo es el primer salto, porque cuando sales a la superficie y te encuentras debajo de una impresionante cascada, te entran ganas de quitarte el neopreno y hacer el anuncio de "Fa"... si no fuera porque llevaba los sobacos sin depilar y por el riesgo de hipotermia lo hubiese hecho encantada... Bueno, pues en esto consiste el descenso de cañones, después le coges el gusto y saltas gritando en plan tarzán... En mi grupo venían dos maricones muy canijos, que con el neopreno parecia que se habían escapado del Ballet de Víctor Ullate y cada vez que saltaban cantaban el chiqui chiqui y se daban un abrazo luego como si acabaran de coronar el Everest.
Después del descenso de cojones, llegas hecho polvo, a punto de congelarte pero sin adrenalina ninguna... A mí me sobraban un par de kilos de adrenalina, estoy más delgada y todo...
A pertir de aqui, lo de tirarme por una tirolina entre dos montañas que distaban 50 metros entre sí y lo de bajar por una pared de 25 metros es coser y cantar, ya pondré fotos y videos. TARZÄN HA VUELTO!!!!!!!!!! y SIN DEPILAR!!!
2 comentarios:
Me hecho adicta a tu blog... Besitos,
Inma.
¡Que energías despilfarras por ahi! tengo hasta vértigo
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